8 de la mañana, Cabezón de la Sal (Cantabria). Por megafonía suenan los acordes de "Autopista Hacia el Infierno" de AC DC. Sin duda, un presagio de lo que se avecina. Prenden la mecha de la traca que marca la salida y 3000 bikers rugen ansiosos. Por un momento, pasa por mi cabeza el grito de guerra de los 300 espartanos antes de cada batalla. "...Aú, Aú, Aú...". Por delante, 165 Kms por las montañas cántabras, para completar un espectacular recorrido con más de 4000 metros de desnivel positivo acumulado.
Esta prueba, también conocida como "El Infierno Cántabro", nace cuatro años atrás, de la mano del Club Mountainbike Cabezón, que una vez más, vuelve a hacer un trabajo sobresaliente. Pero no están sólos, cuentan con el apoyo y la colaboración de un pueblo totalmente volcado en este evento.
No sé cual es la meta que se han propuesto, pero han conseguido pasar de los 450 corredores de la primera edición en 2007, a los 3000 de la que se acaba de disputar.
El año pasado los cinco "del Utebo" que nos metimos en semejante berenjenal, quedamos sorprendidos por muchas cosas: el recorrido, la dureza, los paisajes... pero sobretodo por la perfecta organización y por el calor que la gente del lugar ofrece a todos los participantes. Este año, a pesar de doblar el número de corredores, todo ha salido igual de bien. Han vuelto a estar a la altura de lo que una marcha de este calibre se merece. Y si hay que buscar algún pero, sólo lo encontramos en el avituallamiento del Moral. Esta vez no había carajillo!!.
Si el año pasado fue el barro el factor predominante, este año han sido el calor y el polvo los encargados de dictar sentencia. Aquí no hay tregua, cuando subes, deseas llegar arriba porque te agotas y cuando bajas, te duelen los brazos y las manos por la tensión. Me atrevería a decir que no hay ni un sólo km llano. Aquí no basta con venir bien preparado físicamente. El Soplao es de cabeza decía Poxi y no le faltaba razón. Un reto personal difícil de superar si no cuentas con el apoyo de "los tuyos". Personalmente nunca iría sólo al Soplao. Qué sentido tiene hacer una cosa así, sin preocuparte por ese compañero que tarda en subir o bajar más de lo normal?. Quién te va a dar esa inyección de ánimo cuando estás roto?. Quién te va a ayudar a solucionar esa avería?. A quién le vas a decir que vas muerto pero hay que terminar como sea?. Quién te va a hacer esas fotos que no te cansas de mirar?. Con quién te vas a echar esas risas?. Con quién vas a comentar la batalla?. Quién te va a dar ese consejo que necesitas?...
Bajo mi modesta opinión, el espíritu del Soplao es el compañerismo. Meses hablando de lo mismo. Preparar el viaje, el alojamiento, la cena de la noche anterior. Los nervios en el desayuno. La entrada en meta de todo el equipo unido y con una rueda pinchada, como Olano en aquel campeonato del mundo. Aun se me ponen los pelos de punta, al recordar todo lo vivido este fin de semana, junto a un grupo de gente impresionante que nunca pasa sin dejar huella. Nos acordamos de algunos de los nuestros. De los que nunca fallan a una cita importante como ésta, pero que no pudieron venir por tener compromiso junto a los "Master del Universo" en Graus y los echamos de menos.
En cuanto a la carrera, desde el principio se nota la grandeza de esta prueba. Se respira en el ambiente que ese fin de semana todo gira en torno a la bicicleta de montaña. Carteles, vallas publicitarias, podium, carpas de entrega de dorsales, música, pancartas..., pero sobre todo la gente y los coches cargados con bicis que inundan todos los rincones.
La salida por las calles del pueblo abarrotadas de gente animando a los corredores, es realmente espectacular. Nos alejamos del pueblo por carretera y después de unos kms, giramos a la derecha para adentrarnos en un bosque de ensueño. Por una pista en buen estado, vamos ganando altura de forma suave, para superar la primera dificultad montañosa. Monte Corona. Comenzamos ahora un rápido descenso con vistas al mar, por una pista completamente seca y cubierta por una nube de polvo, que se levanta al paso de miles de bicicletas. No se ve bien y hay que andar con mucho cuidado. Se producen las primeras caídas. Una zona de transición por caminos asfaltados y seguimos subiendo por Monte Corona. Esta vez por una pista algo más exigente. Aquí nos encontramos con la primera sorpresa del día. Los de Torres!!!. (Buena parte del recorrido y la entrada en meta, la hicimos juntos). Llegamos al primer avituallamiento y aunque apenas llevamos 30 kms, paramos a probar las delicias de Repostería Martinez. Pasamos por una zona de transición por carretera en descenso, para llegar a la segunda sorpresa de la jornada. Nada más entrar en el camino vemos una rampa con piso en mal estado y una pendiente brutal. Resulta casi imposible salvarla sin echar pie a tierra. La gente amontonada en los laterales jalea sin parar a aquellos que logran subir unos metros. Manso es el más laureado al conseguir salvar un tramo importante sin parar. La siguiente dificultad montañosa se asciende por carretera y nos lleva hasta las cuevas del Soplao. Primi tarda bastante en llegar y no nos parece normal. Cuando llega, nos cuenta que se le ha roto la ruleta del cambio justo delante del coche de asistencia. Por supuesto se la cambian sin ningún problema y sin soltar ni un euro!!!. Otro avituallamiento y bajada muy peligrosa para llegar al fondo del valle. Un tramo por carretera nos lleva a otra de las sorpresas. Hay que cruzar el río y no hay puente. Unas piedras permiten cruzarlo sin mojarse, pero la mayoría se mete hasta las rodillas.
La siguiente subida es Monte Aa, no muy larga, pero con rampas que superan el 20 %. Aquí escuchamos una de las muchas frases célebres del día. César pregunta a un señor si falta mucho para coronar y el hombre le dice "NOOO..." después de unos segundos el hombre recapacita y aunque ya habíamos pasado unos metros, nos grita "... Bueno siiiii...". Entre risas le damos las gracias por ser sincero. El descenso es una gozada, se hace por una perfecta pista entre un hayedo y es una de las pocas bajadas que permite relajarse un poco. Se pasa ahora por varios pueblos con mucha animación por el paso de los ciclistas. Se nota que toda la comarca es consciente de lo que acontece ese fin de semana. Pasamos tan cerca de nuestros alojamientos, que Pedro se permite el lujo de hacer una visita al señor Roca de su hotel. Manda huevos!!!. Sólo le faltó darse una ducha. El siguiente avituallamiento está colocado en la base del Moral y es el más surtido, bocatas, sandwiches, pastas, fruta... de todo. Y como en todos los que vienen a continuación, carpas de asistencia mecánica. Pasamos bastante rato tumbados en el suelo y comiendo, antes de emprender la ascensión al Moral. 12 kms de subida bastante dura al principio, para suavizar en la parte final.
Chamarreta sufre una avería sin importancia que entre unos y otros, solucionamos. A mitad de puerto recibimos la mala noticia del día. Nuestro amigo Poxitrón pasa un mal rato y con buen criterio decide avandonar. Él completó la ruta el año pasado y conoce perfectamente como se encuentra y todo lo que queda por delante. Otra vez sera!!!. Moisés, que ya había anunciado su intención de hacer sólo una parte del recorrido, también pone el punto final a su participación en el Soplao. Poco antes de coronar, nos encontramos al hombre del campano. Digno de admirar. Pasa el día en el monte, desde que pasa el primero, hasta el último y todos los años en el mismo sitio. Paramos para hacernos una foto con él y el tío estaba atento para que no pasara ningún ciclista sin llevarse sus gritos de ánimo. La siguiente subida es el coloso de la jornada. Cruz de Fuentes con 17 kms de subida entre árboles. Una vez superado, aun nos queda subir el Moral por la cara que lo hemos bajado unas horas antes. Emprendemos la ascensión animados, porque es la última dificultad a superar, pero cuando llevábamos unos 3 kms de subida, Juanjo rompe la ruleta del cambio trasero. Le hace un apaño no muy de fiar y antes de lo que pensaba se le vuelve a romper. Se resiste a desandar lo que ya habíamos subido, pero le convencemos de que es lo mejor. Bajamos hasta la asistencia mecánica que hay en la base del puerto y le solucionan el problema rapidísimos. La subida se hace muy pesada, son 9 kms con algunos tramos bastante duros y además se va viendo lo que queda. A estas alturas de carrera ya no sé si es mejor o peor, lo único que se busca es llegar arriba. Emprendemos el descenso muy rápidos, sólo nos separan de la meta 20 kms de bajada y cruzarla, es lo que más deseamos.
Paramos a reagrupar y Primi tarda demasiado, casi nos empezábamos a preocupar cuando de repente aparece entre los árboles con la cara desencajada. Que he pinchaooooooo!!!! Nos gr ita. Echamos un vistazo a la rueda y vemos que puede llegar a meta. Tira y no pareeeeees!!!. Sabemos que queda muy poco y estamos con subidón de adrenalina. Los pasos por pueblos y la aproximación a Cabezón es una pasada, la gente nos grita y nosotros contestamos con nuevos gritos, carcajadas, euforia en definitiva. Acordamos parar a 50 metros de la linea de meta y entrar con las bicis en alto. Ese momento de apoteosis compensa todo lo anterior. El ganador de la prueba, hace 6 horas que ha entrado, sin embargo la ovación de la gente y las palabras que el espiker nos dedica, nos hacen sentirnos ganadores. El reto ha terminado pero la huella tardará mucho en desaparecer. Unos días después, cuando todo a vuelto a la normalidad, los recuerdos son buenos y la experiencia merece la pena. Si me preguntan con que me quedo de todo lo vivido este fin de semana, no dudo en decir: EL GRUPO
Por el momento, nadie ha dicho que volverá al Soplao, mas bien todo lo contrario. Aunque como falta casi un año... Quién sabe???
Video grabado por Cessare en la llegada apoteòsica en el Soplao.
http://www.youtube.com/watch?v=n1r36ny0_Y4
Se me pone la gallina de piel,JJJ.
ResponderEliminarY VOLVER VOLVER VOOOOOOOOOLLVEEEEEEEEEEEEERRRRRRRR!!! YO VOLVERE, YO VOLVERE(cantando).
Vaya cronica Cinca, deja la bici y dedicate al periodismo informatico, un 10!!!!!
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